La Delio Valdez en el Teatro de Verano

La Delio Valdez

La Delio Valdez puso a bailar al Teatro de Verano con su ritmo mestizo y tropical, y su puesta en escena colorida y elocuente.

Lo que hace a La Delio Valdez una propuesta interesante es su capacidad para transformar la cumbia en un lenguaje propio, con una sonoridad que evoca las múltiples tradiciones que han moldeado esta música a lo largo de su historia en América Latina.

Quince músicos en escena que se distribuyen en distintos instrumentos como el acordeón, la guitarra, el bajo, el piano, la batería, la trompeta, el saxo y las percusiones, entre otros, hicieron de la noche de anoche, un gran espectáculo. Contaron con Hugo Fattorusso como invitado en teclados y La Kumbiaracha como banda invitada, que se encargó de abrir la noche.

La música mestiza de América Latina es un universo diverso y multifacético, donde las tradiciones se mezclan y se enriquecen mutuamente. En este contexto, la banda argentina La Delio Valdez ha ganado un lugar destacado gracias a su capacidad de rendir tributo a las múltiples apropiaciones de la cumbia, al mismo tiempo que aporta su propio lenguaje claramente identificable con la región sureña del continente.

La identidad musical de La Delio Valdez es el resultado de un proceso de apropiación y resignificación de diversas tradiciones que se han cobijado bajo el paraguas de la cumbia. Desde sus raíces colombianas hasta las múltiples capas incorporadas en el sur del continente, cada canción se transpira, se canta y se baila en escena y en la platea.

Pero la música de La Delio Valdez no es solo el resultado de una mezcla de influencias, sino también de un proyecto musical y empresarial controlado y gestionado por los quince integrantes de la banda a través de un modelo cooperativo. Esto les permite mantener una estructura y plan de gestión independiente de las reglas hegemónicas del mercado y enfocado en la calidad artística.

La música de La Delio Valdez no solo es algo que se escucha, sino también algo que se siente y se vive en el cuerpo. Cada canción es una experiencia corporal de virtuoso swing que crea un potente vínculo con el público.