Cuatro pesos de propina. Reinventar el pogo.

Cuatro Pesos de Propina

Cuatro Pesos! Cuatro Pesos! Se escuchaba en la plaza de los Treinta y Tres previo a que el teatro abriese sus puertas. Un grupo reducido agitaba mientras tomaba un par de cervezas.

Media hora antes los espectadores ya formaban una fila de cuadra y media, esperando a que se habilite la entrada al recinto. Poco a poco se iban sumando, cerveza mediante, subgrupos que armaron rondas en la vereda.

Quince minutos antes de las 21 hs el Teatro abre sus puertas y de a poco el personal organiza al público, bloqueando asientos entre “burbuja y burbuja”, para respetar la distancia de seguridad protocolar.

Un grupete se dispone a colocar las banderas en la primera fila, que como ya es costumbre, no está habilitada. Son banderas que tienen varios toques encima, son caras conocidas que siguen a la banda en sus presentaciones. 

A las nueve en punto suena la primera campanada que da aviso que el show está por comenzar. Unos minutos más tarde, y más alto aún, la segunda campanada. Las luces del escenario bajan y comienzan los gritos y aplausos: Cuatro Pesos! Cuatro Pesos! 

Son épocas de movilidad reducida, donde la forma en la que se comparte y agita en este tipo de shows, se reinventa. La esencia permanece.

Cuando el telón se levanta, comienza la embestida. La primera fila comienza a bailar en su asiento. El deseo de levantarse e ir corriendo al borde del escenario es evidente.

Poco a poco más gente se va ubicando, aquellos que usualmente llegan una vez que ha comenzado el show.

  • “Buenas noches” – grita Gastón. Y sin pausa ni preámbulos arranca ‘Será cambiar de piel’.

Al grito de “Vamos San José!” el agite de la primera fila se intensifica, el suelo del teatro vibra al compás de los pies de aquellos que permanecen aún sentados. Se extrañan las épocas de baile y saltos, de chocarse con desconocidos, de abrazos masivos.

El goce con el público es inevitable, el ida y vuelta y la complicidad que se genera… se nota en las caras de cada uno de sus integrantes. Lo están gozando.

Esta sopa tan esperada luego de un parate obligatorio, se revuelve con prisa, se adapta, pero también busca colarse más allá de restricciones.

Los temas se suceden unos a otros. Luego del estallido de apertura, llega ‘seguir siendo’.

“La palabra precisa

La visión más calma

Encontrarse en la risa

No forzar las ganas”

El colectivo siempre fue el corazón de la banda, aquellos que transitaron su adolescencia escuchando a cuatro pesos, hoy están en el mítico teatro de San José acompañando una vez más, algunos de ellos con sus hijos pequeños, otros, junto a su propia “banda”. Y están también los recién llegados, jóvenes que se han sumado recientemente.

Luego de un proceso de cambios y maduración, amoldarse es la forma de resistir, de estar vivo y seguir adelante.
La sopa aún no se ha cocinado. Esto recién comienza.

Es el turno de ‘La llama’, y un pañuelo multicolor se eleva entre los presentes. Gastón señala la primera fija captando rápidamente el mensaje: 

“Vamo arriba che, aguante el amor en todas sus formas. Que nadie nos diga lo que está bien y lo que está mal” 

Los gritos que recorren el teatro suscriben la afirmación.

Nuevos Ingredientes para la Sopa

A la media hora de haber comenzado el show, la sopa ya estaba más que cocinada. Era la hora precisa para agregar nuevos ingredientes.

“En todo este tiempo que estuvimos guardaditos en un cajón, sin poder hacer mucha cosa, nos dedicamos a hacer un disco que va a salir pronto”

Claro que ese disco tiene nombre, pero pese a la insistencia de los presentes, no se revela. Sabemos que consta de seis temas, dos de los cuales sonaron durante la noche, con una gran receptividad del público. 

“Para que aparezca un mañana, habrá que poder mirarse. 

Distinto camino, un solo destino, un propósito que late”

También Cuatro pesos sorprende con ‘Hasta la raíz’, un cover de Natalia Lafourcade, preparado para el 20 de Mayo tras la postergada marcha del silencio.
La banda quiso decir presente, y qué mejor forma de hacerlo, que compartiendo lo que mejor saben hacer.

Un Show entre amigos

Sonaron aquellos clásicos que todos querían escuchar. ‘Miguel’, ‘No hay tiempo’, ‘Mi revolución’, ‘Pa que nos brille la buena’, ‘Solari’, entre otros.
Es un show entre amigos. El reencuentro de las miradas, los vínculos y los aplausos en directo.

Fotografía: María Noel Robaina

Para el final de la noche la energía y la intensidad de la sala no se podía contener. Y para culminar, como de costumbre, infaltable, reventó ‘Hoy sopa, hoy’.


Ya parados en el lugar que ocupaban en sus asientos, comenzó algo atípico, el pogo; y la situación controladamente “descontrolada” dibujó una nueva forma de agitar. El pogo se reinventó.