Que no se apague nunca lo que llevo dentro. Los Auténticos Decadentes en el Antel Arena

Fusión de ritmos y lenguaje popular. Baile, música alegre, optimista. Los Auténticos Decadentes son la receta para olvidar los malos tragos, borrar las penas y pasarla bien. Una banda para divertirse y mover el esqueleto.

Y es que Los Decadentes tienen eso, con ningún tema te aburres. Vengas del palo que vengas, seguro has escuchado sus canciones en ese asado de domingo, o en la fiesta familiar, y te ha llevado a rememorar alguna etapa de tu vida.

Cincuentones divirtiéndose como pendejos, tocando himnos fiesteros ante un Antel Arena diverso y colorido. Todos bajo un mismo objetivo: pasarla bien.

Ellos mismos la pasan muy bien sobre el escenario, se les nota. Lo transforman en una pista bailable y lo moldean a su antojo. Alternando vocalistas y democratizando roles; con Los Auténticos Decadentes la diversión siempre está asegurada.

Decadentes, así somos

Quien no conociera de qué iba la cosa, ya se podía hacer una idea con solo pasar frente al Antel Arena. Cotillón, globos, luces de colores y un bailecito en el lugar, moviendo los pies de lado a lado, tarareando algún clásico.

Los Auténticos Decadentes venían de la previa en el Estadio Centenario, donde en el entretiempo del amistoso Uruguay-Panamá, musicalizaron la tarde con su Tutá tutá, compartiendo escenario con Agarrate Catalina.

Con un invierno que se adelanta y luego de haber calentado motores en el Centenario, sobre las 21:30, se montaron la fiesta en el Antel Arena.

La noche se abrió con ‘Somos’ entre globos de colores que volaban por el recinto, y algunos niños que aprovecharon para divertirse con ellos. Hijos de la generación post dictadura, esa que nació con los Decadentes.

Seguidamente llegó ‘Como me voy a olvidar’, entre un movimiento coordinado de trompetas y las camperas que volaban hacia el costado del escenario. A los pocos minutos ya todos habían entrado en calor y los abrigos con los que se subieron al escenario, sobraban.

En un ir y venir de sus integrantes recorriendo el espacio, y la rotación de instrumentos, sonó ‘Pendeviejo’. “El francés” Bernardou agitaba al público mientras sus largas y rubias rastas saltaban hacia los lados.

El “cucho” Parisi, en su rol de showman pateaba globos, apuntaba con el micrófono a la gente y tiraba besos al aire mientras se llevaba la mano a la cabeza y movía la cadera.

Más al fondo, se divisaba la sombra de Pablo Armesto, caminando detrás de la batería. Sonaron clásicos infaltables como ‘Enciendan los parlantes’ y ‘Los piratas’

Un desfile multicolor hacia la barra, caminando y bailando, encogiendo los hombros y sacudiéndolos de lado a lado a ritmo de ska y murga terminaron de conformar la escena de una pista en constante movimiento.

“Muchísimas gracias Uruguay, muchísimas gracias Montevideo. Estamos muy emocionados de estar acá hoy con uds. ¡Cuánta gente por favor! Que lindo, va a ser una fiesta! Ya no cumplimos más, eh? Hasta nuevo aviso”.

El perro viejo que sabe cantar

Con su aspecto de intelectual algo canalla, y su pelo desaliñado, Jorge Serrano toma el micrófono y se ubica en el centro del escenario. Aunque con movimientos lentos, mantiene esa chispa que tenía allá por el ’86 cuando se comenzó a escribir la historia.

“Yo no sé lo que me pasa cuando estoy con vos”, comenzó a cantar. Los gritos hicieron eco en todo el recinto. Por el medio de la pista, dos chicas sostienen dos globos que conforman el número 35, se coordina el movimiento y desde la platea, se observa el número bailando a ritmo de ‘Corazón’.

Dejó las suelas de los zapatos en el escenario, cantando ‘Diosa’, ‘Viviré por siempre’, y ‘La prima lejana’. Giró en círculos mientras levantaba los brazos. Caminó hacia el fondo para dejar el protagonismo a las trompetas que ocuparon el centro de la escena. Se llevó la mano al pecho e hizo una pequeña reverencia al público.

En la platea, se agitaban los brazos y las piernas, mientras los cuerpos permanecían en las butacas.

Fotografía: María Noel Robaina

Diego deMarco y su guitarra ocupan la escena para interpretar ‘El gran señor’ y luego el “Cucho” Parisi se despacha con ‘Los viejos vinagres’, ese tema de Sumo en el que todos gritan con pasión y pertenencia “¡juventud, divino tesoro!”.

La comparsa más conocida del mundo entero

Los Auténticos Decadentes son un conjunto de muchas cosas, hay fusión musical y de estilos. Hay movimiento, rotación de roles y hasta tienen su mascota.

Entró armando trencito y agitando los brazos. Se bailó ‘Vení Raquel’ mientras convocaba a la gente a seguir su paso y se fue meneando la cola y saludando con una mano, mientras con la otra se agarraba la cabeza que se le tambaleaba por el peso.

‘El murguero’ suena a murga y a los Auténticos. La habían tocado hace unas horas en el centenario junto a Agarrate Catalina y no podía faltar en el 35 aniversario. Eso sí, se llevaron a los uruguayos al Antel Arena también para acompañarla a ritmo de redoblante.

La rotación vocal seguía. Y esta vez volvió Jorge Serrano para cantar ‘Un osito de peluche de Taiwan’, entre abrazos de amigos.

La energía nunca bajó, y la alegría desplegada tanto arriba como debajo del escenario fue evidente durante toda la noche. Desde ‘Golpes en el corazón’ de Los Tigres del Norte hasta ‘Ya me da igual’, pasando por ‘El pájaro vio el cielo y se voló’, ‘Sigue tu camino’, ‘Auténtica’, ‘Ya me da igual’

Los temas se sucedían unos a otros y la fiesta no decayó nunca. Son auténticos, si. Pero de decadentes no tienen nada.

Julieta Venegas y su inseparable acordeón los acompañó desde la pantalla gigante a través del videoclip de ‘No me importa el dinero’, mientras Serrano y Martín “el Moska” Lorenzo bailaban espalda con espalda.

Afuera, la temperatura descendía cada vez más y nadie lo notaba. Las fiestas tienen eso, hacen que el tiempo se desdibuje y las horas se transformen en un instante eterno donde todo lo demás se olvida.

El baile descontrolado de sus músicos, la pantalla gigante parpadeando entre verdes y rojos, los globos que volaron toda la noche y la alegría de la gente que solo quería bailar y divertirse, hicieron del festejo algo inolvidable. 

“¿Seguimos?” preguntó Eduardo “El Animal” Trípodi. La respuesta fue obvia.

‘Amor’, ‘Gente que no’, ‘Loco (tu forma de ser)’ y ‘Siga el baile’, llevaron la noche al final.

“Que lindo momento lo hicieron posible uds. Gracias por esta noche tan conmovedora que nos vamos a llevar en nuestro corazón siempre”– Dijo el “Cucho” Parisi y fue presentando uno a uno todos los integrantes a ritmo de Tutá tutá.

Fotografía: María Noel Robaina

“Muchísimas gracias por esta noche inolvidable. Muchas gracias porque hemos venido muchas veces a Uruguay, y realmente fue mágico. Hoy uds nos hicieron el cumpleaños con todas esas cosas hermosas que se pusieron. Hoy pudimos ir al estadio centenario a ver a la celeste, a compartir con el Agarrate Catalina. Tenemos un cariño enorme y hoy realmente fue una noche mágica para nosotros.”

Y se despidieron cantando ‘Y la banda sigue’, haciendo trencito con la misma sonrisa y energía con la que llegaron.